lunes, 23 de agosto de 2010

Una Regla en común


Así como Dios hizo una Alianza con el pueblo escogido, 
los Hermanos, por amor, aceptamos una Regla en común 
que orienta la respuesta a nuestra llamada.

Hoy, todo el mundo quiere vivir sin reglas. 
Pensar en sujetarse a una norma 
cuando todo el mundo pretende vivir a su aire parece ilógico. 
Los Hermanos en esto vamos a contra corriente. 
Hemos elegido públicamente un conjunto de principios 
que nos señalan el camino a transitar.

A ejemplo de Jesús, el Maestro, no hay duda que el amor 
es el único mandamiento que estamos 'obligados' a vivir. 
Para el Hermano Menesiano, el AMOR en general, se concreta 
en actitudes, gestos, tiempo y cualidades entregadas 
de una manera particular.

Les transcribo una de las reglas 
que los Hermanos Menesianos 
estamos 'obligados' a vivir de por vida.

 
"Los Hermanos están abiertos 
a cuanto interesa a la juventud 
con el fin de comprenderla mejor"  
                                                                                                    Directorio 121
 

viernes, 20 de agosto de 2010

Señor, no permitas que me acostumbre

Señor, te pido que eduques mi corazón 
para que me deje interpelar por estas situaciones, 
al punto de que tus palabras: 
"Dejen que los niños vengan a Mí", 
no sean un simple slogan en mi vida. 

Que me desviva para que los pequeños no sufran 
las diferentes formas de esclavitud de nuestro siglo,  y
disfruten de una infancia en la que puedan 
jugar, aprender, amar y ser amados.

Señor, no permitas, 
que me resigne a vivir una vida acomodada.
Sigue guiando mis pasos, 
para que la palabra Hermano 
evoque lazos concretos con los pequeños.

jueves, 19 de agosto de 2010

"Tengamos un corazón verdaderamente católico…” JMLM



Tengamos un corazón verdaderamente católico; que todos los que como nosotros trabajan por engrandecer su patrimonio y el reino de Jesucristo nos sean siempre muy queridos; interesémonos por sus obras y trabajos tanto como por los nuestros." ( A. 125)

Terminada la Sesión de Formación en Ploërmel, me encuentro en París próximo a mi regreso a Uruguay. Aprovecho la ocasión para descansar un poco, y ponerme al día con la lectura de libros que dejé en suspenso hasta encontrar el tiempo oportuno para su lectura. El odio no tendrá la última palabra (La haine n’aura pas le dernier mot, Christel Martin,Albin Michel, 2005)

No dudo que se pueden encontrar referencias de Marguerite Barankitse en internet. Les animo a ello para tomar contacto con Maggy, la mujer de los 10.000 niños.

“En Burundi, país vecino a Rwanda, devastado por las masacres interétnicas, la miseria y el sida, una mujer excepcional se desvive para que el odio no tenga la última palabra. Ese odio, Marguerite Barankitse, a quien todos llaman Maggy, lo ha vivido en su expresión más inhumana cuando en 1993 setenta y dos personas fueron asesinadas ante sus ojos. En el corazón de esta barbarie, ella, a riesgo de su vida, salvó veinticinco niños antes de recoger otros cientos durante el infierno de la guerra civil. Dotada de fuerzas insospechadas nacidas de sentimientos de cólera, pero también de su fe cristiana como de su amor por la vida, construyó en transcurso de los años un verdadero sendero de esperanza. Más de diez mil niños son alimentados, escolarizados, reintegrados a sus familias o reunidos en casas en las que se reinventa la responsabilidad solidaria. Sobre todo, ellos se benefician de un educación a la paz, al perdón y al respeto que hace de ellos una nueva generación de jóvenes ciudadanos que entienden su humanidad más allá de toda pertenencia étnica – hutu, tutsi o twa.”

ALGUNOS DE SUS PENSAMIENTOS

 “Nuestro miedo más profundo no es que nosotros no estemos al a altura de las circunstancias. Nuestro miedo más profundo es que nosotros podemos mucho más que nuestros límites. Es nuestra luz y no nuestra oscuridad la que nos asusta. Nos preguntamos: ¿quién soy yo para ser brillante, radiante, talentoso y maravilloso? En efecto, ¿quién eres tú para no serlo?” Maggy, p.114

Una atención particular es también dada a la reeducación de jóvenes niños soldados con un pasado difícil, enrolados en la guerra desde muy temprana edad. En 2004, se estimaba una cantidad de 7000. “Ellos han sido privados de la primera muestra de ternura. Tienen más necesidades que otros jóvenes. La principal dificultad que enfrentan es haber perdido la confianza en los adultos. Si no nos preocupamos de estos niños, ellos se convertirán en una verdadera bomba más adelante. Pero es la mirada la que puede curar. Yo no los miro como niños criminales. Se les puede ayudar dándoles responsabilidades que les ayuden en convertirse en seres autónomos.” Maggy, p. 190

viernes, 13 de agosto de 2010

Un lema de vida







"El Hermano anuncia
con toda su vida que:
Dios existe, Cristo vive,
la santidad es posible."
 Directorio 29

No sé por qué hoy se me hizo más patente el lema que elegí para mi vida, el día de mi Profesión Perpetua como Hermano Menesiano.  Al releer mi jornada, percibo la fuerza de los lazos de familia que me conmovieron.

Durante la sesión de formación que estamos terminando en Francia junto a un grupo de 23   Hermanos de todo el mundo,  hemos visitado a unos Hermanos ancianos que nos recibieron en su casa y nos dieron testimonio de que es posible entregar toda la vida a Jesús.

Esos hombres han sentido la mano de Jesús sobre sus hombros que los sostenía en los momentos de incertidumbre, y han aceptado confiarse  a la Palabra del Maestro. Su proyecto, un frágil rollito de papel en la mano, solo les fue posible desplegarlo en el día a día, gracias a la ternura y firmeza del apoyo que recibieron del que los llamó.

Estoy convencido de que solo con Él, también yo podré llegar a la meta.
¡¡¡Gracias Hermanos por ser testimonios vivos 
de lo que puede hacer Dios con nuestra fragilidad!!!