martes, 30 de noviembre de 2010

¡Un año para SEMBRAR MUCHO!


1860-2010
Ploërmel, 26-28 de noviembre 




Como Hermano Menesiano, la Casa Madre ocupa en la memoria de mis afectos un lugar primordial. Tiene ese poder de hacerme volver a las raíces de mi identidad. Algo así como la casa de la abuela que visitaba de niño: la higuera que trepaba, la planta de palta del jardín del frente que sufría con nuestros intentos por desgajar un fruto con una larga caña, el pequeño arbolito de pitanga, la inmensa mesa de los encuentros debajo de la parra, la sala llena de gente para el momento del té de la tarde cuando aparecían los ‘escones’ recién horneados de la abuela, las carreras alrededor de la casa que a la gente mayor ponía nerviosa,…

La Casa Madre tiene una fuerza evocadora de los primeros momentos en los que comenzaba la siembra menesiana. Cada vez que la visito, sus muros me confían los pensamientos del Padre La Mennais, sus anhelos, su alegría al recibir noticias sobre la marcha de uno de sus colegios, su preocupación por los Hermanos sembrando evangelio bajo el sol de las Antillas, … Me transformo en tierra fecunda recibiendo las palabras que Juan María subido a esa gran piedra en el cementerio,  sembraba en los corazones de sus hijos. Me convierto en cómplice de esos Hermanos que movidos por el reconocimiento debido a su Padre y Fundador, planeaban desoír su voluntad y reservarle un sitio de honor en la Capilla…

Estos días de festejo en nuestra Casa Madre con ocasión de la inauguración del año aniversario de la muerte del Padre La Mennais, ha renovado en mi interior el deseo profundo de seguir comprometido en mantener candente, no un recuerdo fosilizado de un pasado heroico, sino la memoria viva, actualizada en el contexto de hoy, de un carisma que no ha agotado aún toda su potencialidad.

Son nuevos tiempos de cosecha para el carisma menesiano. La presencia de Hermanos  y de Laicos procedentes de distintas latitudes, la nota de familia aportada por el testimonio de las Hijas de la Providencia, los jóvenes alumnos de uno de nuestros colegios de Bretaña sumándose a la fiesta con la frescura de su creatividad, los docentes menesianos en búsqueda de nuevos caminos de siembra a través de la educación, los Hermanos mayores abriendo casa y corazón para acoger a todo el pueblo de Ploërmel que se unió a celebrar como Iglesia la vida de nuestro Padre Fundador,…

Son muchas las instantáneas de estos días que me comprometen como Menesiano a no hacer de este año un simple ejercicio de memoria, sino una búsqueda apasionada del querer de Dios, y una toma de decisión confiada, a fin de renovar la entrega creativa de Juan María por la evangelización de los más pequeños a través de la educación.

El festejo de un año aniversario no es solo una ocasión para cortar cintas; sino, sobre todo, un año para animarnos mutuamente a desatar nudos y liberar la fuerza creadora del Espíritu en la Familia Menesiana. Agradezco de corazón a todos los que han hecho posible la fiesta vivida y le pido a Dios el don de su Espíritu para poder ser fiel al don que he recibido a través de la persona de Juan María.
 ¡A sembrar mucho!

lunes, 1 de noviembre de 2010

Santos sin aureola; pero, ¡Santos!





Les comparto 
unos pensamientos 
para la Fiesta 
de Todos los Santos.
Creo que no necesitan 
ser comentados. 
Hablan por sí mismos.
¡Gracias, Señor, por los santos sin aureola 
que pusiste en mi camino!


«Me atrevo a decir que  no hay ninguno entre nosotros,
ninguno entre ustedes, por más joven que sea,
que no haya conocido un santo,
que no haya tenido alguno en su familia, o entre sus antepasados.” 
Juan María de la Mennais


“Lo que Dios desea más de cada uno de ustedes es que sean santos…
Dios quiere tu amistad.
Y cuando comienzas a ser amigo de Dios,
todo en la vida empieza a cambiar.
A medida que lo vas conociendo mejor,
percibes el deseo de reflejar
algo de su infinita bondad
en tu propia vida.”
Benedicto XVI

“Tú eres la imagen y la obra de Dios.”
Juan María de la Mennais

 
“Una buena escuela educa integralmente
a la persona en su totalidad.
Y una buena escuela católica,
además de este aspecto,
debería ayudar a todos sus alumnos a ser santos.”
Benedicto XVI

 “Recuerda  que has  sido encargado
de hacer de estos jóvenes unos santos
 y para ello debes ser santo tú mismo"
Juan María de la Mennais