jueves, 27 de septiembre de 2018


EL BICENTENARIO DESPIERTA PREGUNTAS

Hace unos días, alguien me preguntaba POR QUÉ EN ESTOS ÚLTIMOS TIEMPOS SE LE ESTABA DANDO TANTA IMPORTANCIA A LA PERSONA DEL PADRE GABRIEL DESHAYES. Esta inquieta menesiana me confesaba que le daba la sensación que así se relegaba la figura de Juan María a quien ella conoce y admira desde siempre como inspirador de la Familia Menesiana. Le compartí inmediatamente mi respuesta.

Entiendo que, sin lugar a duda, la tradición menesiana tiene a Juan María de la Mennais como el hacedor principal. Fue él quien acompañó a la naciente obra de forma permanente y por más tiempo. Es él quien estuvo codo a codo con los Hermanos a través de sus visitas, cartas, consejos, correcciones y motivaciones.

Pero, si lo que estamos conmemorando es la fundación de los Hermanos de la Instrucción Cristiana, hoy en el mundo hispanóforo, Hermanos Menesianos, no podemos olvidar, que la fundación fue una obra en COLABORACIÓN. Ambos sacerdotes, Gabriel Deshayes y Juan María, comparten el título de FUNDADORES en igualdad de condiciones.

Esta conmemoración nos puede ayudar a profundizar en los aportes de cada uno desterrando el mínimo trazo de rivalidad entre sus personas y seguidores.  La trama de la relación que ellos entablaron se tejió en lazos de fraternidad en su ser discípulos-misioneros entre los pequeños.

¿CÓMO SE CONOCIERON ESTOS DOS INQUIETOS APASIONADOS POR EL REINO?

No repetiré lo que ya ha sido tan bien escrito. Comparto una casera traducción del artículo que apareció en un fascículo de una publicación católica de la época, L’Ami de la religión et du Roi, el 1 de junio de 1816.  Seguramente, Juan María de la Mennnais, como asiduo lector, tomó conocimiento de la gran obra que se venía desarrollando en Auray, pequeña ciudad de Bretaña en la que el Padre Gabriel Deshayes era párroco.



El cronista nos deja entrever el espíritu religioso y la intensa actividad apostólica y caritativa que se impulsaba en el lugar. El relato describe la sensibilidad ante quienes vivían en una situación de FRONTERA, por problemas de salud, soledad, ignorancia y pobreza. Y también se trasluce las motivaciones evangélicas que alentaban los corazones de sus habitantes, autoridades civiles y religiosas.

Para nuestra historia de Familia subrayamos dos notas de forma particular:

El proyecto de crear un cuerpo de enseñantes para las poblaciones de la campaña en colaboración y a semejanza de los Hermanos de las Escuelas Cristianas (La Salle). Este proyecto lo podemos pensar como el prefacio de LA PRIMERA PÁGINA DE LOS HERMANOS DE LA INSTRUCCIÓN CRISTIANA.

El segundo elemento, para nada menor, es el ESPÍRITU DE HUMILDAD  del cura párroco de Auray (Gabriel Deshayes), quien no quiso que su nombre figurara en el artículo. Este gesto, ya lo pone en sintonía con el aire de Familia que el otro Fundador nos ha legado: “Las obras de Dios no crecen más que en la sombra, y es por la noche cuando cae el rocío del cielo.” (Juan María de la Mennais, a la señorita de Lucinière, A II, 238).

No cabe la menor duda, que la lectura de este artículo habrá resonado en el corazón de Juan María, y lo habrá impulsado a profundizar en el conocimiento de un alma que vibraba con las mismas intuiciones que empezaban a lanzar chispazos de inspiración de lo que luego será LA PRIMERA PÁGINA ESCRITA EN COLABORACIÓN.


Traducido de L’Ami de la religion et du Roi
01- 06-1816, pp. 92-96

La ciudad de Auray en Bretaña no se destaca por su población, ni por sus riquezas; pero tiene algo mejor que todo eso. El espíritu religioso se ha conservado allí en toda su pureza, y una misión que se ha realizado recientemente lo ha fortificado más aún. Dar muestras de piedad allí es un honor, la participación en los momentos de oración en la Iglesia es frecuente, los hombres y las mujeres participan de los sacramentos, el rebaño vive en perfecta armonía con su pastor, y todas las autoridades están de acuerdo en la búsqueda del bien. Personas que viven sólidamente su cristianismo no pueden ser sino Realistas. Así es en Auray, y siempre ha sido así. Se ha conservado de esa manera durante los Cien días[1].  Cuando las autoridades de Vannes enviaron las fuerzas armadas a izar la bandera tricolor en la iglesia, la bandera fue izada; pero los habitantes testimoniaron, unos por su dolor, otros a través de gritos de ¡Viva el Rey!, cuán poco estaban a favor de esa medida; una manera bastante acertada y valiente de mostrar su apoyo al Rey y su horror por la tiranía.  Durante ese tiempo, nunca se cantaba la oración por Bonaparte en la iglesia durante ese interregno, y un general que había amenazado de hacerla cantar por sus soldados, fue disuadido cuando se le dijo que sin alguna duda todo el pueblo haría sentir otra proclama, y que los gritos de sus soldados serían apagados por unánimes cantos muy diferentes.  Esos sentimientos bien conocidos han atraído sobre la ciudad el robo durante la pequeña guerra que tuvo lugar. La tropa de Bonaparte, después de un enfrentamiento, saqueó completamente a Auray. Los habitantes sobrellevaron la desdicha con coraje, y prodigaron cuidados a los soldados dejados por ese ejército. La Restauración los ha ampliamente consolado de esa derrota, y su celo por el Rey se mostró más vivo.

Tal es el espíritu de la ciudad de Auray; pero se le ve más aún por todo el bien que allí se realiza. Los establecimientos que se han creado son el mejor elogio de las disposiciones de los habitantes. A un tercio de legua de la ciudad se encuentra una antigua Cartuja, que había sido vendida como todos los bienes eclesiásticos.  El edificio es grande, cómodo y bien ubicado. Se lo ha comprado, reparado y amueblado. En la iglesia, grande y bella,  reposan los restos de las desdichadas víctimas de Quiberon. Una inscripción modesta es la sola cosa que hasta hoy testimonia su fidelidad y la suerte que corrieron; pero se espera que un monumento sea elevado a esos mártires de la realeza. Sus familias lo esperan, los amigos de la monarquía lo desean, y la religión reclama una fundación para un servicio anual. Algunas personas han dispuesto ya fondos para este fin.

La casa de la Cartuja ha sido lo suficientemente vasta para formar allí varios establecimientos separados. Se ha creado un pensionado para sordo-mudos. El Señor cura Sicard ha pagado por tres años una hábil institutriz que ha preparado maestros y maestras. Al decir del Sr Sicard, estos ahora son capaces de instruir a los niños. Allí se reciben a los niños y a las niñas en espacios separados. Es fácil de suponer cuánto desembolso insume un establecimiento de esta naturaleza. La caridad se ha hecho cargo de todos los gastos. Es de alabar una institución tan útil. Es prueba de ello el que el número de sordo-mudos, pertenecientes a distintas clases del pueblo es mayor de lo que se piensa, como así también las solicitudes que se reciben de todos lados para contar con un lugar en la Cartuja. La administración acoge a los niños en la medida de lo posible. Para facilitar a las personas caritativas los medios para integrar a la sociedad y sobre todo a la fe a los sordo-mudos, ha reducido a 200 francos la pensión completa a los pobres, no pidiendo nada más. ¿No sería conveniente que cada departamento de Bretaña reuniera fondos para enviar algunos niños a este establecimiento?

Las Hijas de la Sabiduría administran la casa, y lo hacen con tal atención, economía y desinterés que ello les prodiga la estima y la confianza de todos. Recientemente han aprovechado el tamaño del local para crear un pensionado para jóvenes señoritas. En este momento tienen más de treinta estudiantes.

A una legua de Auray hay un lugar de peregrinación conocido en toda Bretaña. Es el santuario de Santa Ana, al cual vienen peregrinos de los lugares más alejados.  La tradición conserva el recuerdo de curaciones y de hechos milagrosos. Diversos anuncios recuerdan en el lugar que la familia real ha recurrido en diversas ocasiones a la protección de santa Ana, y los habitantes de Auray han hecho más de una vez el voto de ver en ese lugar de peregrinación, una augusta princesa presentar sus oraciones y la de toda Francia. Se ha comprado nuevamente esa casa consagrada a la devoción del pueblo, y el Señor obispo de Vannes, recientemente ha establecido allí el pequeño seminario de la diócesis. Se cuenta ya con 75 candidatos, y la casa podría alojar 300. El recinto es grande, y los maestros inspiran confianza. Han sido personas caritativas y celosas que han hecho la inversión para comprar, reparar y amueblar la casa.
Además de esos dos grandes establecimientos fuera de Auray, la ciudad tiene muchas otros en su entorno, que atienden a sus necesidades.  En la zona de Bretaña, solamente en Auray se encuentran los Hermanos de las Escuelas Cristianas. Ellos son seis.  No solamente reciben niños de la ciudad, sino también de la campaña circundante. Admiten preferentemente aquellos en los que se percibe disposiciones para el estado eclesiástico. Su piedad, su celo por el bien, la asiduidad a sus funciones, les ha ganado el respeto y la confianza de los habitantes, y los más pudientes como los más pobres no tienen problema en poner a sus hijos en manos de hombres tan sabios y tan seguros.

La ciudad tenía antiguamente un hospital para los enfermos. Recientemente se ha obtenido y reparado una casa que sirve para los huérfanos; allí hay un local separado para los ancianos incurables. Todas las clases de enfermos son socorridos. Las Hermanas del Santo Espíritu están encargadas del orfanato. Esta congregación, que se encuentra solo en Bretaña, se destaca por su excelente espíritu. Las hermanas hospitalarias han prestado los más grandes servicios durante los combates del año pasado.

La casa de la caridad de San Luis, fundada por la Señorita Molé tiene por fin dar educación gratuita a los jóvenes. Se instruye a externos. La fundadora ha creado un establecimiento semejante en Vannes. Ella consagra no solamente su fortuna, sino que también trabaja personalmente en obras útiles.
La ciudad tiene un pequeño colegio en el que se forman a los niños hasta el cuarto nivel. Es un vivero para seminario mayor.

Auray puede gloriarse de una ventaja que no poseen las ciudades más opulentas. Allí se ha resuelto a través de los medios más simples un problema que los filántropos y los economistas han buscado inútilmente solucionar. Allí no se conoce la mendicidad. No es por medio de gendarmes ni de cárceles que se la ha logrado extirpar, como Bonaparte había pretendido hacerlo hace unos años. Ha sido a través de la supervisión activa, proveyendo de ayuda a todos los desdichados, tratando sobre todo de procurar trabajo para aquellos a quienes les falta. Una oficina de caridad está encargada de esta buena obra. Es debido a su dedicación y a sus cuidados que se debe el orden  y el éxito alcanzados. Un pobre que mendigara se le privaría de ayuda por un tiempo. Esta oficina se dedica a combatir la ociosidad, e impulsada por las más genuinas motivaciones, por espíritu religioso y de caridad, extiende su cuidado sobre los más pequeños detalles, y sobre toda clase de desdichados.
Un nuevo proyecto que se acaba de crear en estos tiempos muestra cuán activa está esta preocupación. Aury está al borde del mar, y muchos marinos están sin trabajo. Es necesario hacer un establecimiento para la pesca. Se proveerá de barcos y redes a esa buena gente, y así se les dará una ocupación, un estado y una forma de subsistir. Es evidente que en Auray se conoce la mejor manera de dar limosna.

Otro proyecto que se ha concebido y que no será menos útil en otro campo. El bien que han hecho los Hermanos de la Escuelas Cristianas provoca el deseo de que se extiendan en la campaña para cumplir allí el servicio tan importante y tan desatendida de maestros de escuela. Pero, como ellos no son suficientemente numerosos para hacerse cargo de ello,  y debido a que algunos artículos de su Regla se oponen a esta medida, se propondrá de reemplazarlos por sujetos que ellos formarán en su método,  serán asociados a su Instituto si los Hermanos lo permitieran, y serán  colocados en la campaña. Habría entonces en cada diócesis una casa de estos nuevos Hermanos instruidos por los Hermanos de las Escuelas Cristianas con una regla semejante. Los Hermanos tendrían una escuela primaria en la ciudad, y enseñarían el método a otros jóvenes. Esa casa servirá de residencia para los Hermanos ancianos y para los Hermanos enfermos. Los Hermanos de las escuelas en la campaña vendrían todos los años a hacer un retiro. El Hermano superior de la casa destinaría a los maestros de escuela de acuerdo con los párrocos. El plan que se nos ha comunicado nos parece que ha sido concebido sabiamente, y ofrece una garantía de las costumbres y de la piedad de los sujetos implicados.  Lo esencial no es tanto tener maestros que de tener gente buena, sabia y religiosos. Los maestros de escuela en la campaña son hoy de lo peor. En su mayoría no profesan ni religión, no tienen buenas costumbres ni buenos sentimientos por el rey. Hacen más mal que bien. Este proyecto pretende remediar esta situación.

Al leer todo lo anterior estamos tentados de preguntar a quién se debe la existencia de establecimientos tan valiosos, y cómo se pudo realizar tantas cosas en tan pocos años. No se nos ha permitido nombrar a la persona de la que han partido todas estas iniciativas. No diremos quién es el alma de estas fundaciones y de estos proyectos; pues si los gastos que ha tenido que realizar han sido grandes, el orden para presidirlas no es menos asombroso. Es sin duda alguien que ha impulsado esas buenas obras y que continúa a dirigirlas. Nosotros respetamos los motivos que le han llevado a no ser nombrado; pero, no podemos dejar de felicitar una ciudad donde el bien se realiza con tanta facilidad y donde reina en alto grado el espíritu religioso y la caridad.



[1] https://es.wikipedia.org/wiki/Cien_D%C3%ADas El periodo conocido como los Cien Días (en francés Cent-Jours), o Campaña de Waterloo, comprende desde el 20 de marzo de 1815, fecha del regreso de Napoleón París desde su exilio en Elba, hasta el 28 de junio de 1815, fecha de la segunda restauración de Luis XVIII como rey de Francia. Este periodo pone fin a las llamadas Guerras Napoleónicas, así como al imperio francés de Napoleón Bonaparte.

martes, 25 de septiembre de 2018

MENESIANOS EN FAMILIA



MÓDULOS PARA ITINERARIO DE FORMACIÓN  DE FAMILIAS MENESIANAS

TEJIENDO LAZOS




DIMENSIÓN PERSONAL

Actividad 1

Estas actividades van destinadas a la pareja, pero, también se podrían proponer a los hijos haciendo las adaptaciones convenientes según la edad y circunstancias.

ü  En una hoja en blanco, colocar al centro una foto de uno mismo. Realizar un mapa de nuestros lazos personales colocando más cercanas a las personas o grupos, con quienes siento que me unen lazos más estrechos.
ü  Graficar las personas o grupos con quienes he roto mis lazos. ¿Por qué se han roto o por qué los he roto?
ü  Señala de alguna manera los lazos que estás sintiendo en este momento de tu vida que están en peligro y quieres fortalecer, y los lazos que están en peligro y piensas que es mejor que así sea.

Actividad 2

Los pensamientos de Juan María nos ayudan a reflexionar acerca de nuestros lazos (relaciones).
ü  Lee atentamente el siguiente pensamiento de Juan María.

“Aunque todos aquellos que llevan la espada
se juntasen para romper nuestros lazos,
no podrían porque la caridad ( el amor )  
que ha formado estos dulces (suaves)  lazos
en el fondo de nuestras conciencias
es más fuerte que la muerte”
(JMLM, S.VIII p. 2419)


ü  En un momento de sinceridad personal muy profunda, identifica cuáles son esas personas con las que has tejido lazos que han resistido el paso del tiempo y las dificultades.

ü  Haciendo memoria de esas personas (lazos) expresa en tu interior un pensamiento de agradecimiento profundo.

ü  Identifica cuáles son las circunstancias de vida que amenazan (la espada) esos lazos.


Actividad 3

“Estrechen cada vez más los lazos que los unen a Dios, ámenle cada día más" (JMLM, S VII p. 2230)

ü  Realiza una gráfica de ejes cartesianos. El eje de las x (abscisas) representará los años de tu vida y el eje de las y (ordenadas) la valoración que realizas de tu relación con Dios en ese momento. Lo importante no es tanto el número cuanto los criterios que uses para describir el valor que te das.

ü  En un segundo momento, te detienes en la época actual. Te preguntas por tus lazos con Dios HOY. Te preguntas: ¿qué te está ayudando hoy a estrechar los lazos que te unen a Dios’?

DIMENSIÓN FAMILIAR

“Que el amor fraterno reine entre todos los miembros de la misma comunidad (familia). Que cada uno se sienta feliz con la alegría de los demás y sufra con sus penas y que todos se presten, para ir a Dios y cumplir su obra, mutuo apoyo, evitando las contiendas, las rivalidades, las secretas envidias, las palabras de burla, todo lo que hiere, todo lo que divide y altera la caridad” (Regla de los Hermanos, 1835)



ü  Para una reunión familiar…

·         Se lee la frase de Juan María y se la explica brevemente entre todos.
·         Se organiza el juego del Tutti frutti en familia. Se puede usar un reloj de arena para marcar el tiempo.

Consignas:
Según la cantidad de participantes y de tiempo del que se disponga…

Ø  Un momento en la vida de …. en el que todos nos alegramos. (se puede repetir para cada integrante de la familia)
Ø  Un momento en la vida de … que nos puso tristes.
Ø  Una experiencia en la que todos en la familia colaboramos.
Ø 

ü  Tutti frutti solo entre la pareja ...

·         Comenzar leyendo nuevamente la frase de Juan María
Consigna:
Ø  Recordar un momento gozoso, de éxito, de reconocimiento…en la vida del otro, que me puso muy contento.
Ø  Un momento de sufrimiento en la vida del otro en el que intenté acompañar.
Ø  Un momento personal de dolor en el que sentí el apoyo, la cercanía del otro.
Ø  Alguna situación de la relación que me hiere cuando sucede y que me gustaría evitar.
Ø  Necesito tu ayuda para, … cuando …


DIMENSIÓN MISIONERA

Jesús y Juan María tejieron lazos de fraternidad con los más desfavorecidos.

"La salvación de un Hermano (Menesiano)    está ligada a la salvación de otros” (S VII p. 2230)
Las familias menesianas están también llamadas a dar testimonio de este nuevo tipo de relación.
- En familia se pensará juntos a quién conocemos que esté pasando un momento difícil y cómo podamos darle una mano en este tiempo.