Al
recorrer las calles de la capital de Haití, Port-au-Prince, las consecuencias
del sismo del 2010 siguen estando a la vista. Los escombros, las fachadas
agrietadas, las paredes a media altura, se intercalaban con algunos edificios
que resistieron la sacudida y con las nuevas construcciones que comienzan a
aparecer.
De todo lo visto, las referencias menesianas
fueron las que me llegaron más hondo. En primer lugar, visitamos el lugar donde
estaba emplazado el colegio Saint-Louis de Gozague. Hoy sólo queda el espacio
sin edificación, a la espera de un nuevo proyecto. Se está intentando encontrar
fondos de organismos internacionales para hacer funcionar allí una facultad de
la Universidad Católica. Se tratará de un proyecto intercongregacional
orientado a la formación de educadores católicos.
En el predio permanecen como testigos del pasado:
la hermosa capilla del Colegio Saint-Louis de Gonzague, la cual
‘milagrosamente’ no fue afectada por el terremoto y conserva su original
belleza, y la biblioteca FIC (Frères de l’Instruction Chrètienne) con sus ya
100 años de existencia y que custodia un tesoro de 10.000 volúmenes puestos al
servicio de investigadores del país y extranjeros.
De allí nos dirigimos por calles congestionadas
por el tráfico y por millares de pequeños vendedores, hacia las raíces de la
presencia Menesiana en Haití (1864). Al doblar la esquina nos encontramos con
los restos de la que fue la hermosa Catedral, todo un símbolo de una época.
frente a frente, el Colegio Jean Marie Guillou,
primer centro escolar menesiano en tierras haitianas.
El nuevo edificio ha sido el primer colegio
menesiano reconstruido. La construcción antisísmica tardó nada más que cuatro
meses en ser acabada y fue financiada en su mayor parte por la organización FOOD FOR
THE POOR, que cuenta entre sus miembros con exalumnos del colegio Jean-Marie
Guilloux. El colegio acoge a más de 600 alumnos. El contraste entre la vida que
se respira al interior de estos muros, en clases con 50 niños en cuyos rostros
se dibujan sonrisas que parecieran desconocer lo ocurrido ayer (2010), y el
exterior, colmado por quienes luchan por subsistir, es sorprendente.
En la actualidad la Provincia Menesiana de Haití
cuenta con 53 Hermanos, de los cuales 36 son haitianos, 12 franceses y 5
canadienses. El grupo de haitianos incluye 13 jóvenes escolásticos que están
completando su formación en Costa de Marfil.
Este año no hay novicios, porque los dos jóvenes
que han completado su Postulantado, están integrados a dos comunidades, en
espera de los nuevos candidatos que surgirán del grupo de 5 postulantes que completan
su formación. Otros 6 jóvenes entre 20 y 30 años, han iniciado su
discernimiento vocacional.
En el presente curso 2013-2014, hoy, LA FAMILIA
MENESIANA, dirige y anima 8 establecimientos escolares: establecimientos de
primaria y secundaria, y una escuela profesional (construcción y gastronomía)
que acaba de ser inaugurada el pasado mes de octubre. Distribuidos en 181
clases, en total se educan en los 8 establecimientos, unos 7.920 alumnos.
Confiamos que la siembra de evangelio que se
lleva a cabo día a día en las mentes y en los corazones de estos pequeños,
contribuya a la formación de una nueva generación de haitianos que, orgullosos
de su pasado, conscientes del dolor de su gente, y animados por la fuerza de la
Palabra, trabajen por la reconstrucción integral de su pueblo.
SEMILLAS DE FUTURO - El pasado
20 de octubre, en una misa solemne según la cultura de este pueblo, el Arzobispo
de Port-au-Prince, Monseñor Guire POULARD, presidió la misa, en la que unas
6000 personas se dieron cita para unirse a la acción de gracias de la Familia
Menesiana y a otros dos congregaciones,
las Hermanas de San José de Cluny y los Sacerdotes de Saint-Jacques, que
iniciaron juntas su acción misionera en Haití,
para inaugurar el año de celebraciones por los 150 PRIMEROS AÑOS de siembra en estas tierras.
“150 primeros años”, así lo hizo notar el actual Hermano
Provincial Hervé Zamor, tercer Hermano haitiano que se desempeña en tal misión,
en sus palabras alusivas a la conmemoración.
El Hermano Hervé, confiando más en el Dueño del Sembrado que
en las fuerzas de los obreros con los que cuenta hoy la Provincia, dejó
planteado los cuatro surcos en los que la siembra podrá continuar en la etapa que
comienza:
1.
Los Hermanos y los Laicos menesianos dirigirán una Facultad
de Ciencias de la Educación y formarán profesores de calidad de los que el país
tiene gran necesidad. La enseñanza
digital y la pedagogía son dos áreas prioritarias para formar jóvenes
creativos.
2.
La Biblioteca Haitiana de los Hermanos de la Instrucción
Cristiana (Menesianos), patrimonio nacional, será digitalizada, y los
investigadores de la China, de Nueva Zelanda, o el joven de la comunidad de
Mont Organisé podrán tener acceso a ella, desde su escritorio o desde su clase.
3.
Los Hermanos y los Laicos menesianos abrirán un centro
educativo en una zona necesitada del país, orientada a atender niños y jóvenes desfavorecidos, a fin de
ofrecerles la oportunidad de beneficiarse también de una educación de
calidad.
4.
En el pasado, los Hermanos de la Instrucción Cristiana
haitianos, han recibido mucho de parte de la Congregación. Es el turno de que
ellos mismos se conviertan en misioneros. Los Hermanos y Laicos menesianos
abrirán una misión en el extranjero para que los niños y jóvenes conozcan y
amen a Jesucristo.
“PIDAN AL DUEÑO DEL CAMPO…” - Me reconozco en estos Hermanos que viven entre y por los
niños y jóvenes de Haití. Me reconozco en sus luchas por asegurar a una porción
de los preferidos de Dios, una educación de calidad que abre horizontes y que
presenta a la persona Jesús como Aquel que puede saciar el hambre de sentido de
un pueblo sufrido que no muestra un rostro resignado sino una alegría profunda
que nace de un sentimiento religioso que le habita en el fondo de sus
corazones.
“Señor, para que la siembra
continúe, elige entre la niñez y la juventud de Haití, otros tantos 'Hermanos
Odiles', aquel Hermano que, no se desanimó ante la pobreza de la cosecha, y
danos a cada uno de nosotros, Hermanos y Laicos Menesianos de hoy, ese mismo espíritu para no dejarnos vencer
nunca por las dificultades por más duras que parezcan.”
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