domingo, 6 de enero de 2019

CON LOS MAGOS Y JUAN MARÍA HACIA BELÉN





 
“Los Magos, por su fidelidad a la gracia,
merecieron adquirir una comprensión muy clara
de este gran misterio de la venida del Salvador;
era el tema habitual de sus pensamientos,
así como el objeto más querido de sus deseos y esperanzas.

Habiendo observado en el cielo una estrella milagrosa,
Dios les iluminó interiormente y se acordaron que,
según la expresión misma del Señor,
una estrella nacerá de Jacob;
nunca dudaron de que el prodigio del que eran testigos
no fuera el signo de la venida del Mesías
que disipará las tinieblas que cubrían la tierra,
y que llevará la salvación y la paz a todas las naciones.

Así pues, se apresuran a buscarle
para ofrecerle sus respetos y adoración;
 se van sin dudarlo,
dejando a sus parientes, sus bienes y su país,
y ninguna consideración humana puede detenerlos.”                      (Juan María de la Mennais, Sermón sobre la Epifanía)


BUSCADORES DE DIOS.
Estos Magos están atentos a los signos. Observan el cielo: pertenecían, quizás, a una religión de Persia o de la India, para la cual el universo es divino, habitado y animado por un soplo divino y por un fuego misterioso. Estos paganos son unos «buscadores de Dios», unos hombres religiosos que creen en el lenguaje de los signos y que se dejan guiar por estos signos, como ellos mismos lo explican al llegar a Jerusalén:  «¿Dónde está el rey de los Judíos que acaba de nacer ? Hemos visto su estrella en Oriente y hemos venido a adorarlo» (Mateo 2.2).

EL SIGNO DE LA ESTRELLA.
« Habiendo observado en el cielo una estrella milagrosa… »  
Juan María de la Mennais

El análisis científico del mundo no excluye del todo su dimensión simbólica: los hombres tienen libertad para ver signos en el universo, y no sólo objetos. Ésta es la experiencia básica de la belleza del mundo, como una puesta de sol que colorea las montañas o un amanecer sobre el mar.  Este descubrimiento de la belleza del mundo está al alcance de cada uno de nosotros. Incluso en los momentos de prueba, recibimos signos: signos recibidos, es decir, que no los hemos hecho nosotros. Nos aparecen, como la estrella a los Magos.             
                                                         

EL SIGNO DE LAS ESCRITURAS.
«Se acordaron que, según la expresión misma del Señor, nacerá una estrella en Jacob.»
Juan María de la Mennais

La segunda señal a la que respondieron los Magos, son las Escrituras judías, y especialmente el mensaje de los profetas que anunciaban desde hacía siglos la llegada de un Mesías en la tierra de Israel, concretamente en Belén, la ciudad del rey David. « Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres la más pequeña entre las ciudades de Judá, porque de ti nacerá el jefe que gobernará a mi pueblo » (Miqueas 5.1).

No es del todo imposible que unos paganos hayan tenido conocimiento de estas Escrituras judías y que hayan entendido lo esencial: Dios se compromete en favor de su pueblo. Le presenta un futuro.

EL TRABAJO DE LA CONCIENCIA.
«Dios les ilumina interiormente…»  
Juan María de la Mennais

Estos hombres se parecen a nosotros: no habrían podido seguir la estrella, ni responder a la llamada de las Escrituras, si no se hubieran sentido conmovidos profundamente  por esa señal y por esas palabras. Para descubrir y realizar la verdad, no basta con darse cuenta de lo que pasa por encima de nosotros, hay que buscar en nuestro interior la Presencia que nos habita y dejarnos guiar por ella.

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