miércoles, 11 de noviembre de 2009

UN EMAIL QUE NUNCA BORRO


 
Cuando estaba decidiendo mi vocación y pensaba en la posibilidad de ser Hermano Menesiano, me imaginaba enseñando entre los jóvenes, dando una clase, animando un grupo de fe, dando un consejo... Todo eso se cumplió. Pero, el gran descubrimiento fue comprender que cuando Dios me llamó a ser Hermano de los jóvenes, me estaba señalando el camino a través del cual se iba a ser presente en mi vida, y manifestaría cuánto me ama y la capacidad de amor que reside en el corazón de un corazón que se deja transformar por Él.
Comparto con ustedes uno de los emails que nunca elimino de mis correos. Es de uno de esos jóvenes que Dios puso en mi vida y que desde que lo conocí sé que pasa tardes acompañando niños enfermos en los hospitales. De él he aprendido la gratuidad del amor de Dios y qué es eso de ser ángel de los pequeños.

“Guillermo: Una de las principales cosas por las que te escribo, es porque creo totalmente en el poder de la oración. Esto porque hay un chiquito de 11 años que se llama Emiliano. Lo conocí en enero.  Cuando llegó al Hospital, tenía muy buena cara, muy buen ánimo, pero le habían diagnosticado un cáncer en los intestinos. De ese tiempo a hoy, la quimio mostró sus consecuencias. Y ayer cuando lo fui a ver estaba muy para abajo porque le habían hecho mucha quimio. Tenemos una muy buena relación, y me pone mal que esté así, y me duele el alma (literalmente). Como te dije, creo en el poder de la oración y más en la que viene de tu corazón. Si no te molesta me gustaría que reces por él.                                    
Creo que mi relación con Emi me está dando respuestas para la pregunta que hiciste en el mail: ¿Cómo hacer para que los sentimientos de Cristo, su propuesta, despierte nuestro deseo y nos ayude a concentrar todas nuestras fuerzas en él y podamos vivir más unificados? También hay otro chiquito que se llama Edu, tiene 3 años, y tiene un espíritu increíble. Nos divierte un montón, juega muchísimo. Él también está hace bastante tiempo.” E.M.

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